El pueblo salva al pueblo

El presi tiene mucho coraje. O su ego es tan grande que le impide ver que cada vez que habla, sube el pan. Nada es descartable. Al fin y al cabo, el mundo está lleno de descerebrados con tanto arrojo como soberbia.

Y la última de Pedrito es salir en medios para oponerse a ese lema e idea-fuerza que circula por España de «el pueblo salva al pueblo» por la masa de españoles que están dándolo todo para ayudar a sus compatriotas valencianos. Es ofensivo pero también irónico. Ese lema de «el pueblo salva al pueblo» o «sólo el pueblo salva al pueblo», fue una frase relativamente corriente como cliché de una izquierda separatista que nunca pareció molestar al PSOE. Hasta que llegó el momento en que realmente el pueblo español tomó conciencia de que la única forma de ayudar a nuestros hermanos, es hacerlo nosotros mismos. Porque el estado no está ni se le espera. Y Pedro lo sabe. Hace anuncios y lanza millones al aire que no llegan a ningún sitio, lo de siempre. Pero debe impedir que más gente tome conciencia que todo está en nuestras manos. Su negocio depende de ello. Y su vida. Y la de miles de parásitos. Deben correr para transformar ese «pueblo» en contribuyentes.

Pedrito ve la cabeza a la bestia. Son muchos años de sermones de «lo público» y de excusas baratas para sangrarnos y arruinar nuestro bienestar para mantener un enorme estado disfuncional e incompetente. Años de escuchar a Pablo Iglesias con sus chorradas de «el patriotismo es defender los servicios públicos». Díselo a los ancianos de una calle de Catarroja que fue limpiada de coches, basura y lodo por voluntarios de toda España, tras 12 días de dejación del estado.
Y eso deja patente en esas poblaciones de Valencia y en los miles de voluntarios, que se está manteniendo una enorme y carísima estructura de chupópteros incompetentes que no hacen ni un 1% de lo que han hecho los propios jóvenes españoles por sus vecinos.

Por ello sale Pedro a decir lo de «sólo el estado», lo de «el estado somos todos» y «hay que pagar impuestos». Ahora que la mentira se les cae, es cuando más tienen una que repetirla. Para muchos ya es tarde. Ni todos mis impuestos han hecho tanto como cinco minutos de un chaval con una escoba y ganas de ayudar.

Es digno de mención que socialistas y gentes que tratan de fascistas a todo el mundo que se les opone, tengan esa fijación estatista. Porque cuando Pedro Sánchez se obsesiona en atacar y cuestionar a los voluntarios y reducirlo todo a «hay que pagar impuestos» y a afirmar que es el estado el que salvará la situación, en el fondo hay la misma patraña de Pablo Iglesias y su «patriotismo de servicios públicos». Es un enorme y, precisamente, fascista «todo dentro del estado». Y con eso te intentan vender que Pedro Sánchez, cuando saca a pasear la chequera pública que conecta con tu bolsillo, es por tu bien. No descartemos una campaña institucional bien regada de millones para recordarnos nuestro rol de contribuyentes y de pasmarotes. Ya lo veo «el buen ciudadano paga impuestos y deja a morir a sus vecinos, mancharse de barro es de fascistas».

¿Pero sabéis qué? En Valencia se demuestra que el estado puede caer, el estado puede desaparecer y todos los servicios públicos colapsar. Y aún así, habrán españoles dispuestos a movilizarse para salvar y ayudar a nuestra gente. Porque la patria no es el estado ni es la sanidad pública. El Congreso de los Diputados podría derrumbarse y todo los hospitales salir volando y, muy a pesar de esas garrapatas con cargo, la patria seguiría intacta. Porque la patria es aquel joven llegado de Alcobendas a Catarroja para ayudar a una señora a la que jamás volverá a ver. Lo demás, es ponzoña retórica para sablar al pobre españolito mientras Pedro lleva los zapatos limpios.

el pueblo salva al pueblo

En resumen, lo de Pedro no es coraje, es tomarnos por idiotas. Y si, amigos, es el pueblo el que salva al pueblo.

Últimas entradas

Deja un comentario