Occidente es un enfermo, ansiosamente preocupado por la elección de Donald Trump como presidente de los EEUU, pero que espera lo mejor de un yihadista para Siria. No sé si los pandereteros de los medios de comunicación creen que El-Golani, de repente, verá la luz y garantizará los derechos civiles en un régimen de libertades y de respeto por las minorías. Quizás son menos exigentes y esperan que los cadáveres de cristianos y disidentes al salafismo se pongan a la vista, pero en bolsas biodegradables y no bolsas de basura de plástico contaminante. Que lo de asesino tiene un pase, pero lo de los plásticos al suelo es imperdonable. O por lo menos eso consta en el evangelio según Santa Greta.
El nivel de la payasada clama al cielo. Tenemos a un barbas(cosa que jamás es coincidencia) nacido en Riad, que dirigió Al-Nusra y su versión actual. Básicamente la misma muñeca con un sombrero nuevo. Vaya, un yihadista. Pero parece que el interés por echar a Al-Assad de Siria y molestar a Rusia convierte a un salafista convencido en una esperanza. Podrían intentar darle el Premio Nobel de la Paz. Total, se le dió a Barack Obama sin haber comenzado su labor como presidente. Y pacífico no fue. Con el valor que tiene, se le podría dar a El-Golani. O como he visto que lo tratan en algún medio «el exyihadista que se convirtió en moderado». A saber a qué le llaman «moderado». Desconozco la escalada de medición de yihadismo. Pero a saber, si los talibanes son un 9 sobre 10 y antes El-Golani podía ser un 8, ahora como moderado quizás sea un 6. Es un «progresa adecuadamente» de yihadismo. Decapita a los apóstatas pero con música chill-out. O lapida con perspectiva de género. Para hombre, rocas y para mujeres, piedras de río. La gravilla para la sesión infantil. No me quiero ni imaginar la sesión golfa.
Ya no digamos lo bonito que queda tratar de «rebeldes sirios» a tropas salafistas fuertemente armadas y que entran por países limítrofes a Siria, dirigidos por el «moderado» El-Golani. Que es el hijo pródigo del régimen salafista saudí. Pero la etiqueta rebelde lo tapa todo. Y si no lo tapase, ya saldría algún pseudo-experto a decir que los rebeldes son variopintos y citará a los kurdos. Con respeto, los kurdos están más ocupados contra Erdogan y estuvieron más ocupados aún contra los cafres del Daesh. Dudo que aceptasen ser armados por un régimen enemigo que los masacra y combatir junto a salafistas. No voy a idealizar a los kurdos, pero dudo que sean idiotas.
Aunque queda claro que nuestros medios y líderes así nos toman a nosotros. Te pueden sacar imágenes del barbas en una mezquita arengando a otros tantos barbudos con fusiles en ristre y lanzando gritos en algarabía y decirte que es una asamblea democrática chupiguay. Y hay que creérselo. Porque no se podía tener a Al-Assad más tiempo, era un dictador brutal. Un dictador bastante laico, médico y afeitado(que ya digo que no es coincidencia) que podía tener a la esposa en una iglesia cristiana sin velo y de forma pacífica. Terrorífico para algunos. No como la flamante democracia saudí, jamás conocida por ser núcleo irradiador financiero y doctrinal del terrorismo salafista. Si, es sarcasmo puro.
Nos deberíamos preocupar más por qué clase de regímenes financian las mezquitas en Europa, no sea que un supuesto aliado nos esté constantemente enviando sicarios barbudos, como en Siria. Porque a Al-Assad, por lo menos, se le veía limpio. Y todo lo que están haciendo los medios y gobiernos huele fatal. Aunque no es de extrañar, están de apologetas de pago de gente que no son trigo limpio.
PD: No es mi menester justificar o encubrir los delitos y barbaridades que haya podido cometer el régimen sirio de Baaz. Pero, en el mejor de los casos, los medios me están vendiendo a terroristas salafistas como «moderados» y auténticas chorradas como «bueno, por lo menos se ha echado a un dictador». No quiero imaginarme a esos periodistas siendo cirujanos. «Bueno, está muerto, pero ya no tiene el quiste, ni cabeza «.
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